Después de un viaje largo… pero muy tranquilo, llegamos a Sarria el viernes por la noche. Al día siguiente, un poco tarde -pues tarde llegamos por la noche- comenzamos nuestra primera etapa del Camino: de Sarria a Portomarín, 24 km. Tras conseguir nuestras credenciales en el Monasterio de la Magdalena, empezó la fiebre por conseguir sellos; ya hay verdaderos expertos en conseguirlos.

Ha sido una etapa cansada pero muy agradecida, pues ha hecho un día estupendo y hemos atravesado unos entornos verdaderamente bonitos.

Ha habido muchas anécdotas en la jornada: desde visitar iglesias románicas, hasta atravesar por mitad de un grupo de vacas,…y hemos hablado con peregrinos de varios países: italianos, franceses, alemanes,…hasta unos coreanos.

Estamos muy cansados… pero muy contentos. Ahora toca recuperar fuerzas para los 25 km de la jornada de mañana…