Esta segunda jornada de camino ha ido estupendamente. Con la experiencia del día anterior y los músculos plenamente recuperados, nos ha costado menos disfrutar de la etapa. Ademas, el buen tiempo a vuelto a acompañar: en camiseta y con el cielo totalmente despejado. Increíble!
Por la mañana, nos trasladamos al pueblo de Furelos, donde empezariamos a caminar. Tuvimos Misa en la bonita iglesia del pueblo, y nos pusimos en marcha. A la salida de Melide entramos en la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, una bonita iglesia románica que nos ha explicado con todo detalle un voluntario que estaba atendiendo peregrinos.
Hemos comido en Ribadiso a la orilla de un río donde los más valientes hemos podido refrescarnos los pies.
Ha sido la etapa más larga, 25 km, y nos ha costado un poquito acabarla. Lo ha compensado el albergue, que es bastante chulo.