Día de récords en Mizar. No se recuerda uno igual. Mientras unos se esforzaban en apretar el paso en cada curva a la manzana para rascar unas décimas, otros pulverizaban el récord de toques. No hubo grandes marcas en la prueba de resistencia, pero en fuerza todos tenían algo que decir. La prueba de inteligencia fue de las más concurridas y muchos mostraron su destreza y velocidad visual. Por último, la prueba de velocidad dividió a los socios entre hormiguitas y trituradoras. Menos de un minuto en devorar una rebanada de pan de molde fue el récord final.
Aprovechando los últimos días de sol nos acercamos a La Granja de San Ildefonso para pasar un día inolvidable. El cielo amenazaba con unas nubes desconfiantes, pero en cuanto entramos en Segovia nos saludó el sol y no nos dejó hasta la vuelta. Será la boina… Comenzamos el día con emociones, ya que la penúltima etapa de la Vuelta Ciclista nos tenía preparada una sorpresa en el Puerto de Navacerrada. Con buena música y un pelín de paciencia pudimos llegar a nuestro destino sin mayores imprevistos.
En cuanto llegamos, nos faltó tiempo para correr a perdernos al laberinto de los jardines del Palacio de la Granja. Nos costó salir un par de horas, y no porque no encontráramos la salida, sino porque jugamos hasta cuatro partidas de Infectados. Había que dar esquinazo a los portadores del virus y la verdad es que solo unos pocos lo consiguieron. Algunos desarrollaron técnicas de mimetización y camuflaje para pasar desapercibidos.
Después de ver las fuentes del Palacio llegamos a nuestro segundo destino, la plaza de las ocho calles, escenario perfecto para una partida de la Telaraña. Ya rendidos y sedientos de ver tanta fuente monumental buscamos una de la que pudiéramos beber y comimos unos bocatas en el césped.
Rápidamente nos pusimos de nuevo en marcha. Nos esperaba el pantano del Pontón Alto. Sabíamos que no íbamos a encontrar mucha agua, pero no era lo que buscábamos… Este año nos volvimos a dar un “chapuzón” de barro. Un plan que hay que probar para llegar a comprender.
Comenzamos un nuevo curso con todas las pilas cargadas. Esta vez lo hacemos a lo grande, con una convivencia de día y medio en Ávila, en casa de los López Ríos, que tan inconscientemente amablemente nos prestaron la casa.
Salimos a las 18h del sábado desde Los Olmos, nada más acabar las clases. Pudimos “disfrutar” de un extenso tráfico hasta el kilómetro 50 de la A6… pero lo importante era llegar, y así lo hicimos.
Una vez allí, cada uno eligió su sitio para dormir o al menos, para situar el saco de dormir, y nos fuimos directos a la piscina. Tras la cena, decidimos que lo mejor sería ir y conquistar la muralla de Ávila, y rebozarnos por su colinas llenas de césped.
9:00am, toca despertar y rápidamente turnos de duchas para después desayunar. Nos retamos un rato después en la cancha de fútbol para un partido de sala en el que imperó el desatino y los porteros que se dejaban meter casi todo… el resultado fue un 6-7 muy igualado.
De nuevo en la casa, todos ayudamos a poner la mesa mientras Fernando Santos nos hizo unos macarrones al horno que se nos caían los ojos de la buena pinta que tenían, y los pronósticos eran ciertos: repetimos todos hasta que se acabó la fuente y quedamos saciados.
Por último, y antes de coger el coche e ir a Sonsoles, pudimos pegarnos unos tiros con las pistolas de Airsoft. En el último juego, fueron los terroristas los grandes fracasados, ya que los buenos lograron salvar al rehén.
Ya en Sonsoles, y dispuestos para escuchar Misa de 18h, una boda y un cambio de horarios en las Misas del sábado nos chafó el plan. No nos quedó otro remedio que volvernos sin más a Madrid (nuestro gozo en un pozo).
Gran convivencia, una vez más, y no será la última; esto solo es el principio….
Este sábado, 5 de septiembre, se celebra la 25ª Jornada Mariana de las Familias. Es un aniversario muy especial, ya que nos encontramos próximos al Sínodo de la Familia. Desde Mizar, como cada año, iremos a esta cita con la Virgen en el Santuario de Torreciudad (Huesca).
Saldrá un autobús desde el Colegio Los Olmos el sábado a las 6 de la mañana para las familias que quieran acudir al acto central de la Jornada: la Santa Misa oficiada por el Obispo Prelado del Opus Dei, Monseñor Javier Echevarría. Además, desde Mizar saldremos el viernes por la tarde, por si no puedes ir con tu familia. Puedes venir con nosotros si nos llamas al menos con un día de antelación.
El programa de actos previstos por el santuario es el siguiente:
09.00 Apertura del reciento y de los confesonarios.
12.00 Oración por las familias. Ofrenda de las familias y grupos de niños de Primera Comunión.
12.30 Santa Misa
14.30 Festival infantil
15.00 Ofrecimiento de niños a la Virgen
16.00 Encuentro con Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, en la explanada.
Ensaidumela (el que saluda con fuego), patriarca celtíbero, alcanzó la península ibérica en el año 150 a.C. Cuenta la leyenda que era tal su sed, que se bebió un río en cuanto llegó a la meseta. Se asentó en la sierra de Gredos y repartió sus posesiones y terrenos entre sus seis hijos: Beowulf, Vercitórix, Bereor, Dunedai, Eikebor y Bagarok.
Casi dos mil años después, los descendientes de Ensaidumela se batirán por fin en un duelo final contra los pieles sucias. Es esta una batalla tan difícil que solo el clan más aguerrido de todos ellos se hará con el botín y las tierras de su ancestro. Contarán para ello con la inestimable compañía del bardo.
Traducimos al español los dos párrafos anteriores. Cuarenta chavales de 4º, 5º y 6º de primaria se reunieron en Hoyos del Espino, Ávila, para celebrar el mejor campamento nunca antes imaginado. Cada día fue una aventura para todos: deportes, pozas, ceporrete, juegos… El campo era nuestro y lo fuimos transformando a nuestro antojo en un campo de batalla, una fortaleza, una cárcel de máxima seguridad, un corredor de la muerte… Todo ello gracias a la metamorfosis de los mayores, que hacían de cada juego una aventura.
El albergue nos dio cobijo en las noches y el restaurante nos llenó el estómago de buena comida, pero el resto del día -gorra en la cabeza, garrafa en mano y crema solar bien distribuida-, lo pasamos buscando tesoros, saltando de pino a pino, corriendo tras un frisbee, asaltando el aligator o rezando, ¡que también dio tiempo!
En fin, una simpática aventura que nos costó terminar y de la que todos acabamos agotados. Te dejamos un vídeo con los mejores momentos. ¡Disfrútalo!
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